CENTROS DE
ATRACCIÓN UFOLÓGICA
Los
lugares que frecuentemente han sido asociados con la presencia de
ovnis son:
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Sitios donde hay niños y jóvenes, profesores y enfermeras. ?
Centros de enseñanza: escuelas, colegios y universidades. ?
Hospitales, clínicas e instalaciones sanitarias. ? Subnormales y
las instituciones que los acogen. ? Embalses, lagos y lagunas;
ríos y depósitos de agua potable. ? Filones minerales e
instalaciones mineras. Reservas subterráneas de uranio. ? Fallas
geológicas. Terrenos impactados por meteoritos. ? Tesoros
ocultos. ? Antiguas ruinas enterradas. ? Monumentos
prehistóricos y recintos megalíticos. ? Parques naturales. ?
Vías de ferrocarril, intersección de autopistas. Puentes. ?
Torres de microondas y repetidores de radio-televisión. ?
Aeropuertos. ? Centrales eléctricas, subestaciones y cables de
alta tensión. ? Centrales nucleares. ? Pozos petrolíferos.
? Tanques contenedores de energía (petróleo, gas, etc.) ?
Factorías industriales. ? Bases militares y polígonos de
lanzamiento de cohetes. ? Arsenales. ? Polvorines y
depósitos de municiones. ? Plantas de fabricación de armas
nucleares e instalaciones atómicas. ? Temblores de tierra y
erupciones volcánicas. ? Lugares de catástrofes y accidentes.
? Basureros y depósitos de residuos. ? Cementerios. ?
Viveros piscícolas. Explotaciones ganaderas. Manadas de ganado y
granjas lecheras. ? Prostíbulos. ? Aviones en vuelo. Coches
en ruta (más durante la noche). ? Patrulleros de policía. ?
Estadios deportivos, pistas de tenis y, sobre todo, campos de golf.
? Partidas de caza y pescadores. ? Espacios de acampada al
aire libre, de gente joven.
Viajeros
del tiempo o de otras dimensiones William E. Murphy opina que
los platillos volantes serían el producto visible de la intersección
o cortocircuito entre universos paralelos; en otras palabras,
proyecciones inter-universos, “sombras” de los recintos
extraterrestres de n dimensiones (para n mayor que 4), en nuestro
medio 4-D que consiste en longitud, anchura, profundidad y
movimiento en el tiempo. También podrían ser máquinas del
tiempo, suponiendo que éste representase a la cuarta dimensión. Sus
ocupantes tal vez hayan aprendido la tecnología del transcurso
cronológico y sean capaces de manipular a voluntad y en cualquier
dirección el flujo de los acontecimientos. Para Luis Schöenherr,
si la cuarta dimensión es formalmente idéntica al tiempo y éste no
es, en esencia, diferente del espacio, lo realmente significativo
será el conjunto del continuum Espacio-Tiempo. Por lo tanto, un
movimiento en el tiempo es tan factible como en el espacio y así los
ovnis podrían ser muy bien “dispositivos temporales” y originarse en
el porvenir, como intuyó H. G. Wells. Las naves del espacio son para
Jonh M. Prytz manifestaciones de un Universo de antimateria o
Universo paralelo. Cuando el cosmos fue creado, pudo formarse igual
cantidad de materia que de antimateria, o bien cabe que las galaxias
de antimateria estén mezcladas con las compuestas por la materia
ordinaria. También es probable que existan masas comparables de
ambas, en orden a mantener la simetría de la naturaleza, y cada una
de ellas conforme a universos diferenciados e independientes.
Son
demonios o entes del mal Para Salvador Freixedo, exjesuita
portorriqueño, “hay numerosos paralelismos entre ovnis y demonios.
La humanidad es sólo una peonza en una partida de ajedrez cósmica,
en la que están implicadas dos grandes fuerzas antagónicas: los
ufonautas benignos y las entidades de Luzbel. Estas son las
causantes de la creciente agitación social, política y religiosa que
vemos a nuestro alrededor”. Según el Doctor Pierre Guérin, “los
modernos ufonautas y los demonios de épocas pasadas son
probablemente idénticos. Estos últimos aparecen en cada período
histórico revestidos, precisamente, con el aspecto que los testigos
de la época esperan ver, en función de sus condicionamientos
culturales y del momento histórico. El mismo efecto-camaleón es
también característico del fenómeno ufológico”. Los objetos no
identificados no serían sino el aspecto parcial de una magna
totalidad de orden superior y de naturaleza a la vez física,
psíquica y espiritual.
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